viernes, 1 de abril de 2011

El puñal Kuczynski y el saqueo de las riquezas del Perú.- Hierro-Perú, el negociado que no le salió al impostor de Coral Gables



domingo, marzo 27, 2011


Kuczynski opera como topo imperial en la economía peruana desde hace cuarenta y cuatro años, como lo prueba esta relación de funcionarios del Banco Central de Reserva. El listado aparece en la Memoria del BCR de 1967 y presenta a Kuczynski como apoderado general de esa institución (1).

PEDRO-PABLO KUCZYNSKI: PUÑAL Y SICARIO ECONÓMICO TRANSNACIONAL

Escribe: César Vásquez Bazán


A lo largo de las últimas cuatro décadas, el político que se ha apoderado en beneficio propio o de terceros de la mayor cantidad de riquezas del Perú es el sicario transnacional Pedro-Pablo Kuczynski.


Desde los lejanos días de 1967, en que fue colocado como topo por el Banco Mundial y el FMI en una de las gerencias del Banco Central de Reserva, Kuczynski asumió gozoso el papel de garantizar que los bancos extranjeros y las empresas transnacionales desvalijaran nuestro país.


Con Kuczynski en el BCR, las corporaciones imperiales actuaron tranquilas, sabiendo que podían robar las riquezas de los peruanos y remitir con confianza el producto de sus hurtos al extranjero.


Desde hace casi medio siglo, el usurpador hoy residente en el asentamiento humano Cocoplum, Coral Gables, estado de Florida, viabilizó los negocios de Manuel Ulloa y Deltec y los de la International Petroleum Company, permitiéndoles sacar del país lo que les viniera en gana.


Cuando Kuczynski fue descubierto y enjuiciado, allá por 1969, escapó del país por la frontera con Ecuador y fue recibido en brazos de su institución matriz, el FMI.

Como premio a su lealtad a los intereses del imperialismo y en retribución a sus servicios de topo en la economía peruana, el Fondo Monetario Internacional alojó al corrupto ex-BCR en su Departamento de Colonias, conocido en inglés con el nombre de Western Hemisphere Department. Permaneció allí un par de años, hasta que el FMI lo traspasó de regreso al Banco Mundial, donde llenaría una posición más aparente para el desempeño de su rol como sicario económico del gran capital extranjero.


Esos fueron los años iniciales del hoy propietario de un predio bucólico-pastoril en Wisconsin.

Aquellos mayores de cincuenta años de edad recuerdan con claridad a Kuczynski cuando hacía sus pininos al servicio de la IPC y las instituciones financieras vinculadas a Manuel Ulloa. Los menores de cincuenta sólo conocen las últimas vivezas del zamarro, es decir sus servicios a la Hunt Oil y el negociado de Camisea, la adquisición subvaluada de Edelnor, la captura del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. La lista también incluiría a las empresas eléctricas del sur si no fuera porque los arequipeños decidieron aplicarle un puntapié en el trasero cuando el sicario transnacional intentó privatizar EGASA y EGESUR.


Hasta en los negociados que no le salieron puede apreciarse el papel anti-peruano de Kuczynski. En octubre de 1992, el puñal de Coral Gables intentó adquirir la corporación pública Hierro-Perú −la empresa peruana productora de hierro− ofreciendo pagar la quinta parte de lo que sería su valor final de subasta. Kuczynski actuaba con plena consciencia de lo que estaba haciendo. Cinco meses antes, el muy granuja había declarado a la revista Debate (No. 68) que “el precio de las empresas [públicas] peruanas es una fracción de lo que costarían empresas equivalentes en Argentina, Chile o México”.

El sicario de Wisconsin operó a través de un consorcio que organizó para la ocasión, integrado por la empresa chilena Compañía de Aceros del Pacífico y la Mitsubishi Corporation de Japón. Kuczynski era director gerente de Nueva, fondo de inversión que poseía aproximadamente el 30% del capital de la Compañía de Aceros del Pacífico.


El intento de comprar Hierro-Perú a precio notablemente subvaluado fue doblemente grave porque los peruanos, históricamente, conocemos la conducta chavetera y racista de la plutocracia del país del sur con respecto al Perú.

Analicemos en detalle el faenón que no le salió al sicario de Coral Gables, hoy candidato ilegal a la presidencia de Chololandia.

Kuczynski ofreció pagar por Hierro-Perú 24.1 millones de dólares, a pesar que al momento de la subasta, dicha empresa tenía reservas de hierro evaluadas en 1,400 millones de toneladas (es decir, para cientos años de producción al ritmo actual). Shougang Corporation, la estatal china que se adjudicó la empresa rematada, también a precio subvaluado, al menos pagó 120 millones de dólares, es decir cinco veces más que lo que ofrecía abonar el sicario de Wisconsin (2). Kuczynski se comprometió a invertir en Hierro-Perú, a lo largo de tres años, sesenta millones de dólares. La Shougang ofreció invertir 150 millones de dólares.

Kuczynski no aceptó asumir los pasivos de Hierro-Perú. La Shougang, en cambio, aceptó pasivos por valor de 41.8 millones de dólares. Pero la cosa no quedó allí. Para comprar Hierro-Perú, Kuczynski exigió:

1. El despido de más de mil trescientos trabajadores. La reducción de personal pedida por Kuczynski haría que queden en planilla solo 1,737 trabajadores.


2. El mantenimiento de una cuenta de garantía (escrow account) en la que se depositaría el 50% del precio pagado, el cual podría ser devuelto al comprador –es decir a Kuczynski− en caso que se diera algún evento inesperado por la empresa.

3. La realización de diversos ajustes a los estados financieros y una revisión completa de las obligaciones que pudiera asumir al momento de controlar la empresa. Kuczynski estuvo a sólo once días de perpetrar el asalto de Hierro-Perú. No pudo concretar el latrocinio porque el 19 de octubre de 1992, la Comisión de Privatización de dicha empresa, a regañadientes, se vio obligada a aceptar a Shougang Corporation como participante en la subasta. El 30 de octubre de 1992, fecha final de la apertura de los sobres con las propuestas económicas, el sicario de Miami constató que le habían ganado la partida. Tuvo que resignarse a aceptar que el faenón de Hierro-Perú se le había escapado de entre las manos.

El intento de Kuczynski por apropiarse de recursos naturales de todos los peruanos pagando precios irrisorios por las propiedades demuestra la permanente actitud antinacional del candidato derechista, sea que estemos en 1967, 1992, ó 2011. Este ciudadano extranjero que antes sirvió de instrumento a la International Petroleum Company y que quiso apoderarse de Hierro-Perú pagando miserias por la empresa y despidiendo a más de 1,300 trabajadores es uno de los candidatos extranjeros (ilegales) de la derecha a la presidencia.


¡Díganme si no estamos frente a un puñal antiperuano!


Fuentes consultadas

(1) Banco Central de Reserva del Perú, Memoria 1967, Lima, 1968.

(2) Congreso del Perú. Comisión Investigadora de los Delitos Económicos y Financieros cometidos entre 1990 y 2001. El proceso de privatización de Hierro-Perú, Primer Informe de Investigación, Lima, 2002.

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